Institucional

Sobre la Asamblea 2021.

El pasado 26 de septiembre se realizó la asamblea anual en Ferro, con el objeto de aprobar el Balance 20-21. En un escenario de gran participación política, el oficialismo logró aprobar el balance con votos a mano alzada pero no pudo esclarecer las dudas de socios y de la oposición.

Las dos aristas que dejan mayor preocupación: el déficit mensual y el “Convenio de colaboración y asesoramiento con SCORE FUTBOL S.A:”. La primera, sujeta a la balanza de pagos del club, la cual, según la Comisión Directiva, toda Asociación Civil es considerada deficitaria. La cuestión radica en la capacidad para recaudar de forma extraordinaria (publicidad, alquileres y, sobre todo, ventas de jugadores). Estos ingresos extraordinarios se vieron aumentados por una razón aún más extraordinaria: el dinero del ATP que el Club percibió para abonar sueldos. La cuestión se torna desesperante cuando vemos que los ingresos extraordinarios (que, como su nombre lo indica, se perciben pocas veces) apenas cubren el 90% del déficit de Ferro; es decir, ni siquiera sirven para dejar un saldo positivo en las cuentas del Club.

En el balance escrito (https://www.ferrocarriloeste.org.ar/comision-directiva/asamblea-general-ordinaria-26-09-2021-periodo-100/), entregado a cada participante de la asamblea, la cuestión del gerenciamiento ocupa un tercio de carilla en la página 82. No sólo brilla por su ausencia todo tipo de información sobre lo firmado, tampoco se facilita un resumen. Dieciocho son los renglones de la Nota 8, su contenido: una suerte de garantía que versa en un resguardo patrimonial en torno a lo que se firmó. Mucho más dejó para desear la Comisión Directiva, quienes lejos de esclarecer cifras mencionadas en medios (por parte de la presidencia), se dedicaron a leer fragmentos del diminuto párrafo sin explicar el contenido del contrato.

Frente a la falta de respuestas, las autoridades sólo aducen que el contrato no puede masificarse ya que cuenta con un carácter de “confidencialidad”, en respuesta dejaron sentada la invitación para toda persona que desee acercarse a leerlo. Ésto es lo que particularmente manifestó una representación de la Subcomisión de DDHH, quien en su prédica indicó que no se trata de un “gerenciamiento encubierto”. Curioso, ya que en un marco asambleario, no habría mejor escenario donde dar a conocer las bases contractuales y los números acordados. Lo cierto es que la actual gestión no puso blanco sobre negro sobre lo acordado con Bragarnik y en los números, que no mienten, todo jugador formado por Ferro ya tiene una carga del 50% para un acreedor, otro porcentaje desconocido destinado a Bragarnik y el resto como saldo para el club. Como amplificador y agravante de esta situación, el Club no cuenta con un proyecto futbolístico propio, plasmado en el hecho que Ferro se presentó este fin de semana sin un sólo jugador de su cantera como titular.

En lo escénico, un presidente que sólo habló para abrir la asamblea y cerrarla con chicanas absurdas. Una argumentación de solvencia en torno a la infraestructura, con afirmaciones como “la mejor gestión de la historia del club” sin respuestas ante consultas elementales.

Al margen de las formas (y los métodos), el panorama era el esperado, por lo que las conclusiones de esta etapa tienen que enmarcar un sendero para construir una alternativa política. El oficialismo cuenta con un aparato dentro del club, pero titubea y se exaspera contra un bloque de socios que pidieron transparencia, y sólo tiene para prometer “buenas intenciones” para esclarecer qué se firmó.

Para resguardar los intereses institucionales fueron elegidos por los socios, los compromisos con Bragarnik los eligieron ustedes.

Para nosotros, Primero Ferro.

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